Una grapadora industrial gigante invade la plaza abierta al paisaje.
Viene a fusilar contra el muro, los papeles que lleva la gente para que sean leídos por los fantasmas.
Un bar se sostiene gracias a unos palafitos a los que le falta una laguna.
Unas sombrillas se agitan al viento. Pero no somos abejorros gigantes.
Una ancianas se han convertido en diminutas - ¿o difuntas? - cuando las he enfocado con la Blackberry. Creo que antes ya eran diminutas.
Arriba, a través de una ventana sin cristales, vemos una timba.
- Fotos no ¡¡¡
Ahora entiendo la brusca reacción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario