viernes, 25 de junio de 2010

BATALLEANDO

Batalleando contra mi desastre
- el que viene cesando -
no he deseado la victoria.

He deseado, por el contrario, oscurecer
- y he continuado sangrando -
las luminarias de mi memoria.

He deseado ser alborada,
lucero matutino y vespertino a la vez,
corcel con las crines al vuelo,
venas y arterias centelleantes.

Pero no puede ser.

Soy soledad caediza exclusivamente,
a modo de lluvia torrencial
o catarata triunfante.

Tengo en este papel
- calladamente -
escrito un poema
de sílabas finales
asonantes.

Y me tienen llorando sin consuelo
dando a luz letanías
y epitafios estimulantes.

José Andrés Pérez Serrano

sábado, 19 de junio de 2010

VISTO EL DESTINO DE LOS MORTALES

Visto el destino de los mortales,
escrito en la piel,
áspero y lacerante,
transportado ayer
por el nacer de los nacientes.

¿Qué tienen los niños?

Las ganas de ser.

¿Qué ser?
¿Quién ser?
¿Cuándo ser?
¿Por qué ser?

Regalan a pie de cuna
personas de papel.

Supone ganar o perder,
ser de otra manera o no ser.
Y no ser es no estar,
o sea, morir,
dejar de existir
como cosa original.

Pretensión tormentosa en ciernes,
escritura química y doliente.

La sangre con letra entra.

Pues que bien.

José Andrés Pérez Serrano

miércoles, 16 de junio de 2010

PATRIA

Patria.

Por lo masacrado,
por lo sufrido,
por la historia amañada,
hoy
no te queda mañana.

Patria.

Espadas de estercolero,
pirámides de cadáveres,
solar con toneladas de muertos.

Patria.

Alcantarilla de las ratas,
desilusión de los pies descalzos,
asesinos a mansalva.

Patria.

No anhelada,
no añorada,
no asumida,
no avalada,
no libre de alimañas.

Patria.

Promesa de la nada,
escuchas demasiado tarde
y callas.

Patria.

Ahora
no seas,
no quieras,
no puedas,
no debas,
no hagas.

Todas la viudas andan amotinadas,
enlutadas con sus propias lágrimas.

José Andrés Pérez Serrano

domingo, 13 de junio de 2010

EPÍLOGO

Como irregular dispositivo me defino,
mediocre representador de trayectorias insolventes.
Lo irresoluto, irresponsable e irreverente me caracteriza;
lo irreal, ilusorio e incapaz también me representa a veces.
Una ironía irracional de lo que pude ser soy, nada más,
con resignación me lo digo.
Incurrí en falta e inculpé al oráculo
en un repentino arrebato inconsciente. Es verdad, lo admito.
¡ Increíble ¡ Me lo han recriminado mis inquisidores.
Un inconveniente insano, un incordio incorregible.
Que la razón me guíe - he pensado.
Pero subsiste mi inclinación a la interrogación
que supone la incógnita correspondiente.
La respuesta que dé resultará incompetente.

La realidad adquiere carta de naturaleza: es un vacío melodrama.

Sin hábil creador, sin memoria retenedora y contenedora,
sin mensajes que transmitir. Membranas protectoras busco,
no melodías para escuchar en tu regazo o palabras afectuosas.
De color totalmente apagado, primerizo tizón encumbrado,
el mundo percibido así, al fin y al cabo.
Defecto, dedo, deducción. Declives en el devenir del tiempo.
Vivo en un decorado sin decoro real,
sin decrecer la etiqueta,
sin obedecer al protocolo.
Me aplico la edad avanzada
hasta encontrarme tempranamente decrépito,
igual que los seres llegados a su última decadencia.
Decreto el decúbito de mi cuerpo fenecido,
decurrente respecto a la horizontalidad del suelo.
Dedico esta falange extendida a la deducción citada,
consecuencia de mi defecto por defender lo indefendible:
la defenestración, la inevitable decepción,
la cuadratura del círculo fantaseada e imposible,
la lógica cuajada durante la moderna historia del pensamiento
ordena y manda, todo el mundo lo sabe.

¡ Convencionalismo todo ¡ - grito.
¡Fruto de los interesados y las grandes motivaciones ¡
Un ajuste que se hace necesario pues una convergente solución te reclamo.
Con un par de palabras sera suficiente.
No hay prisas, que la cita dure lo que dure.
La conversión por si es lenta, difícil de resumirse.
Confusión, veo confusión. Sin control me hallo,
con riesgo de sufrir futuras contusiones puedo verme.
Convaleciente después tendría que esperarte.
Firmo el armisticio:
me dejaré convencer esta tarde,
por ella,
mi contrincante.

José Andrés Pérez Serrano

sábado, 12 de junio de 2010

PENSAMIENTOS (I)

La más de las veces
el dolor es la antesala de la dicha.
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Filosofar sobre la vida lo hace cualquiera.
Sólo los intrepidos viven según su filosofía.
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El dinero se gana o se consigue.
La felicidad se conquista o se alcanza.
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El que persigue el poder
se pasa la vida
persiguiendo a sus dominadores
para dominarlos.
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Querer es desear de corazón
la felicidad de la persona que camina a tu lado.
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Mirar el mundo y la vida con la mirada de otra o otro.
En eso consiste, en la práctica, el amor.
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La envidia convierte al envidioso en esclavo
del envidiado o de lo envidiado.

martes, 8 de junio de 2010

HA VENIDO LA MUERTE

Ha venido la muerte
como un ejecutor de aire,
con su guadaña recién afilada
requiriendo derrames urgentes.

Ha venido la muerte a visitarme,
educadamente,
como siempre lo hace.

No quiero ser un cobarde:
aunque que le voy a hacer,
si sólo soy un pobre viajante
sin mercancía para ofrecerle.

Ha venido la muerte
planeando transportarme.
Marchará de vacío, lo sé:
cuando se trata de mí
siempre lo hace.

José Andrés Pérez Serrano

viernes, 4 de junio de 2010

QUE SE ABRA EL AIRE

Que se abra el aire
como materia acobardada,
como cordón umbilical roto,
como rosal arañador
y bayoneta escasamente calada.

Que contenga el éter mi dolor,
que lo fermente y consolide.
Que mi mente se desmenuce bajo el cielo raso
y siembren sus pedazos
en surcos abarrotados de peste.

Que destruya el azufre el oxígeno circundante,
vital para negociados, funcionarios y expedientes.

Que no se aproxime aquel apego extraño
que esculpió mis rencores derribándome.
Que sea el mundo un planeta amargo,
que no me apuñalen con ninguna navaja
de corales excelentes y largos.

Que resuciten los muertos uno a uno
y que caminen sobre escualos.

Que lloren mis ojos sin razón aparente.
Que se solucione el estropicio causado
en un corto rato y sin paños calientes.

Que una neblina cualquiera y una luna apabullante
digan a mi mente: calcula el cociente
entre tanto pasado y tan poco presente

Que un estertor prematuro me cubra con su finitud.
Que se apaguen mis retinas de repente.

Con rabia contenida,
con mordeduras de serpientes,
que mi sabia hirviente
invada todos los altares,
con sus hostias consagradas
y sus clérigos consagrantes.

Espinas trasplantadas desde otros tallos,
que hincadas para doler no son dolor:
son toros de espuma exorbitante,
furia de los mares,
nada ordinaria y siempre inconveniente.

Con voz moribunda,
con tinta en la sanguínea corriente:
que no, que no quiero los cuchillos
que en canal me abren para venderme
a la mejor puja de carne.

jueves, 3 de junio de 2010

FRENTE A FRENTE

FRENTE A FRENTE,
ejércitos de inocentes
con flechas hincadas en sus costales.

Sangre por los grifos abiertos
por los gobiernos de las naciones.

Martillos contra martillos,
puños de huesos contra dientes.

Ejércitos armados por contables
de estertores y rebosantes cuentas corrientes,
a las órdenes de tiranos trajeados
y elegantes,
sin mancha de sangre en las corbatas
ni en los ribeteados manteles.

Cuando los inocentes derribarán a esos tiranos
traficantes de tantas malas vidas y tantas miles de muertes,
sin olvidar vaciar sus cuentas corrientes,
que es lo que más les duele.

José Andrés Pérez Serrano

martes, 1 de junio de 2010

Y YO QUE PENSABA QUE NUESTRO ENEMIGO ERA EURASIA...

Por José Andrés Pérez Serrano

Escuchando y leyendo alguna de las últimas declaraciones perpetradas por miembros del gobierno español, con las que han tratado de justificar el recorte social, me he acordado de un concepto estructural de la novela 1984 de George Orwell: el doblepensar.

En pocas palabras, el doblepensar consiste en considerar conscientemente verdaderos tanto un argumento dado como su contrario, y supone un mecanismo psicólogico esencial para convertir la propaganda en motor dominante de la personalidad de la gente. Y la que mejor ha ejercitado el doblepensar es, sin duda, la vicepresidenta Salgado cuando ha hecho, voluntariamente suyo, el último informe de la calificadora Fitch para defender la bondad de la inminente reforma laboral (diría yo liberal), que se va a dictar por decreto. Una agencia calificadora que, hasta hace muy pocos días (diría yo horas), era definida por la Moncloa casi como el Anticristo anunciado en el Apocalipsis de San Juan.


No olvidemos que una de las almas que conforma la socialdemocracia moderna es leninista. Lenin militó en el Partido Obrero Socialdemocrata de Rusia y compartió postulados (y disputas) con Martov. Ambos pensaban que la militancia en un partido obrero exige disciplina en todos los órdenes: orgánico, ideológico y, como no, mental. Sentido de la disciplina que debía trasladarse a las masas, como parte esencial de la titánica tarea que implica ejercer de vanguardia de la clase trabajadora, ya sea por legitimidad revolucionaria o electoral.


Porque el problema radica en cómo disciplinar a las masas; no nos equivoquemos. Todos sabemos que el fundador de la patria soviética fue capaz, en meses, de pasar intelectual y políticamente del comunismo de guerra a la NEP (Nueva Política Económica en ruso), que no era otra cosa que sustituir el principio de la propiedad social de los medios de producción por un pacto con la pequeña y mediana burguesía, la eterna enemiga a batir. A partir de este giro copernicano, el pueblo dejó que quemar almacenes y ultramarinos para terminar pidiendo la vez en los almacenes y ultramarinos que todavía quedaban en pie.


Siguiendo los dados pasos de Lenin no sé cuantos años más tarde, la socialdemocracia latente y batiente de José Luis Rodríguez Zapatero, le ha empujado a pasar de encamarse con las centrales sindicales, a romper con ellas de la noche a la mañana poniéndole los cuernos de paso con los intereses globales del capital librecirculante y librepensante; representado por el FMI, Merkel, Sarkozy, Obama, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el sursum corda.


La economía española no se encuentra intervenida desde fuera. Se halla intervenida por el doblepensar que es propio del PSOE, que no sólo es capaz de cambiar sin solución de continuidad de coligados antagónicos; sino que, además, de no sentirse culpable por ello y, además, de demonizar a los que le criticamos por no practicar la valentía política con los poderosos.


Resulta que ahora nuestro enemigo es Asia Oriental. Y yo que pensaba que nuestro enemigo era Eurasia…

No importa: sigamos amando al Gran Hermano.