sábado, 28 de mayo de 2011

En las dársenas de los últimos momentos.

A bordo nacemos
y a bordo morimos,
a bordo de un velero al pairo
bautizado vida.

Al navegar,
dejamos estelas de plata
muy provisionales,
que olas repentinas
las deshacen.
Y así los acontecimientos,
se desvanecen.
En brumas de pasado
se convierten,
ubicadas en la línea de poniente.

Sin necesidad de catalejo,
avistaré el último puerto
- en alguna costa futura -,
y allí,
solo,
me dejaré el pellejo
y ocuparé alguna sepultura.

Antes que el mío,
millones de veleros
han atracado en el puerto zaguero
dónde siempre queda sitio.

En sus muelles
nos encontraremos:
en las dársenas
de los últimos momentos.

Y después,
¿qué haremos?

Soltar el velero para que,
con la marea,
parta de nuevo
en busca de otro marinero.

martes, 24 de mayo de 2011

La plaza.

(poema aceleradamente escrito
y no corregido con suficiente esmero)

Asimilé la insidia demasiado pronto y durante demasiados años,
simultaneándolo con la acumulación de tarjetas de crédito.
No quise saber nada de las lágrimas derramadas
detrás de las paredes que, como abismos, me separaban de los otros.
Me acurrucaba en mi rutina, abrazado a una agenda de piel que reconforta,
rebosante de citas. Miraba mis cuentas bancarias
y creía que el mundo entero me sonreía, me reclutaba, me precisaba.
A mí, el rejoneados de retos,
el escalador de cimas inasequibles,
el ilusionista que no necesita ni bombín ni señorita acompañante.

Abatían cuerpos en los telediarios y seguía masticando mi comida,
ajeno a las camillas, a los alaridos, a las matanzas,
mientras me quejaba de mis preocupaciones mundanas,
a veces, a quién no conocía.

Me olvide de mi conciencia. La deje enlatada en la despensa
sin fecha de caducidad impresa.

Me desabroché el paracaídas nada más saltar de la avioneta:
tan indestructible me creía.

Y de tanto vomitar un día, mis tripas acabaron esparcidas
entre adosados, cilindradas, viajes,
maledicentes, borracheras y corridas.

Y de repente, otro día, vi miles de personas sentadas en una plaza
levantando las manos al unísono, aleteando como mariposas,
ubicadas en brazos que salen de cuerpos que ocupan personas
que han descubierto, por fin, que lo son,
y no mercancías, u objetos, o clientes, o contribuyentes,
o votantes, o estadísticas.

Y hoy, ahora, en este mismo minuto, en este mismo segundo,
tengo la esperanza ocupando mi corazón,
como esa plaza la ocupan los que tienen más que yo:
futuro, coraje, templanza, alegría.

No lo dudéis:
mi hijo estudiará en escuelas sin pupitres vuestras semblanzas,
dentro de una asignatura que la titularán democracia.

domingo, 22 de mayo de 2011

Veremos

#A todos los revolucionarios y revolucionarias del Mayo Español de 2011.

Veremos las cajas de caudales repletas de claveles.
Veremos a los poderosos arrugar sus frentes.
Veremos fusiles y proyectiles abandonados en los cuarteles.
Veremos produciendo futuro a fábricas y talleres.
Veremos corazones libres escribiendo las leyes.
Veremos raíles invencibles llevarnos hacia delante.
Veremos la alegría manar de las fuentes de las ciudades.
Veremos miradas valientes en todos los hombres y en todas las mujeres.
Veremos a los delincuentes encorbatados ingresar en las prisiones.
Veremos manos alzadas sustituyendo a los silentes.
Veremos cadenas quebrarse por los cinco continentes.
Veremos vencidas todas las pesadillas. Veremos claudicar al hambre.
Veremos abrazos por centenares de miles, los besos desbordarse,
versos poner a nuestro alcance ganas para vencer cualquier trance.
Veremos triunfar a los débiles. Veremos a la gente construir su destino
sin pedir permiso a nadie. Veremos pensamientos hacerse demoledores.
Veremos estudiar en los pupitres, la frases escritas en las paredes.
Veremos jóvenes altivos, a pecho descubierto, haciéndoles frente
sin nada en las manos y sin cadáveres.
Veremos el asfalto ocultado por multitudes
sabedoras que, solo caminando, cambiarán el mundo para siempre.

Veremos la utopía recorrer las calles para, entre nosotros,
quedarse.

sábado, 21 de mayo de 2011

Dando a luz soledades.

En la batalla de mi carne
- la que viene cesando -
no he que querido la victoria.

He querido consumir
- y he continuado sangrando -
los soles de mis memorias.

He sido porvenir, cometa,
caballo sin crines.
Y luego fui
una cadavérica y vacía vena.

Soy soledad precipitada ahora,
como una lluvia, como una catarata.

Tengo en el papel
- calladamente -
escrito un poema.

Y me tiene llorando
y dando a luz soledades.

viernes, 20 de mayo de 2011

Oteo mi llanura.

Oteo mi llanura.
Ver su superficie negra,
hambrienta de luciérnagas.
Rota y desahuciada
la fruta germinada en mi llano:
miel en los labios ayer,
púa hincada hoy,
y mañana, vil lección aprendida
sin tiza ni pizarra.
Oteo mi llanura.
Verla perdida, abandonada,
poblada de malas hierbas y
resecos cardos. En el horizonte,
espuma eléctrica exaltada,
quejosa, escandalizada.
Y unos copos de color sangre caen,
exageradamente densos, rojos,
que no son de nadie
y hechos de malos tragos.
Y un caudal de sudor frío, polar,
mana hasta las mangas
desde la frente arrugada.
Oteo mi llanura.
Veo a una mujer,
vestida con sedas y montañas,
desechar opciones claras.
La veo danzar al son de notas trazadas
por la calima estival, vertical,
ascendiendo hasta postrarla.
Me mira, me llora.
Sus dientes son espadas blancas;
sus lágrimas, gotas de lluvia
y derretida roca enamorada.

martes, 17 de mayo de 2011

Son dudas de papel.

Las veo flotar: son dudas de papel,
son seres de papel, vidas de papel,
papel de cuarzo eclipsado y planetas de miel.
Y las veo flotar:
flotar en ensenadas de viscosas pesadillas,
flotar muchas de ellas,
una ahogada y otra viva,
una iluminada y otra extinta.
Y un bajel en mi sien
surca el oro papel.
Y seres de papel,
y biografías y mundos de miel.
A todos veo: esmeraldas los seres,
malogradas las biografías
y dulces los mundos de miel.
Las veo flotar: de puertos angostos parten
y en un bajel surcan mi sien.
Y el papel de oro color es.
Las veo flotar:
son dudas de papel.

PRESENTACION POEMARIO 'QUÉ HAY EN TI QUE TANTO HIELA'

El próximo día 3 de junio de 2011, tendrá lugar la presentacion de mi poemario 'QUÉ HAY EN TI QUE TANTO HIELA'.
El acto tendrá lugar en el Centre Cultural El Teular, calle El Teular s/n en Cocentaina, Alicante. La hora de inicio está fijada para las 20:30 hrs. La entrada es libre.

Tendremos ocasión de hablar sobre la obra; mal, bien y regular. Se recitarán algunos poemas con la voluntad de emocionar a la audiencia. Los asistentes podrán adquirir libros y el autor firmará ejemplares.
Será una fiesta de la vida y de la cultura.
Si deseas y puedes venir, ven. Estás invitado.

sábado, 14 de mayo de 2011

Marinos sudores (poema de adolescencia).

Marinos sudores,
lúgubres y desventados licores
que son mi vida.
Pensamientos de niño
que son estas líneas,
que son la nada
ahogando mis días.

Contra una gris
y huesuda pared,
me atormenta tu sed.

Una sed de vida,
de pasión de mujer.

Quiero verte
y no verte perdida.

Airosos desatinos,
momentos viles y cansinos
pavimentando mi camino;
que son mi todo cubierto
de lodo sucio y desteñido.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Venciste.

Quiso la muerte, llegada a hurtadillas,
avanzada la noche,
no dejar paso al resto de tu vida.
El relámpago negro entró en tu cuarto
y se metió en tu cama como un lagarto.
No hubo aviso como en los toros.
No hubo resplandor alguno. No hubo trueno.
No hubo modo.
De súbito, las puertas y ventanas se sellaron.
Todos los folios de tu casa se rasgaron.
Se pulverizaron los calendarios,
Extrajo de un coletazo, tu futuro de los armarios.
Se desplegaron todos los sudarios imaginados.

La sangre en un instante se detuvo,
queriendo extinguirte con un sobresalto.

Se oyo una sirena desde lo alto.
Se iluminó la calle con intermitencias amarillas y rojas.
Se oyeron voces alarmadas, rodaban
ruedas de camilla desengrasadas y cojas.
En una bolsa de plástico, tu ropa arrugada.
Una pildora disolviéndose rumbo a tus células rotas.
Goteros goteando gota a gota. Dígitos en la consola.
Jeringuillas hincadas. Enfermos en las otras alcobas.

Hurgaron en tus entrañas durante media hora.

Y venciste.

Dolió la batalla mucho,
tu pecho bastante.
Tu cabeza quiso explotar de frustración y rabia.
Nos dolió la espera
en esos pasillos cenitales y vacíos de batas.
Lloramos, callamos; rezamos hasta los ateos y las ratas.

Pero venciste.

Quedaste exhausto, asustado, sudado, sedado,
con cables conectado a varios artefactos.

Pero venciste.
Venciste para que vencieramos
al abismo insospechado.

¿Qué digo?
Ellos vencieron por ti, por nosotros:
los de las manos blancas de látex,
los fontaneros de lo milimétrico,
los aliados con este lado,
los que hacen milagros de continuo
y no quieren ser beatos.

Los que salvan vidas por un salario.

Gracias, hermanos,
por salvar a mi hermano.

(Mi hermano tuvo un infarto de miocardio el pasado martes a las dos de la madrugada.
Hoy podemos decir que está bien y quedará bien, todo gracias al magnífico trabajo realizado por el personal del SAMUR de Bétera, del Hospital Arnau de Vilanova y del Hospital Clínico Universitario, ambos de València. Este poema está escrito para honraros.)

viernes, 6 de mayo de 2011

Bestia gastada (poema de adolescencia).

Ahora callo,
y no aguardo frustrado,
el advenimiento casual
de los acordes anuales
en la guitarra
de tu tronco ondulado.

En la plaza anochecida
buscaba tu estela esquiva.
Mi cabeza te buscaba
portando unos ojos enfurecidos,
alineados con el vacío y la nada.

No te encontraba.

En las cabinas marcaba
tu número despacio, y sonaban
los tonos, uno a uno.
Y después del primer minuto,
soportaba tu discurso
de chiquilla mal criada.

No entendías nada.

Tiraste mi alma
por la sima que emplean
para deshacerse
de las bestias gastadas.

martes, 3 de mayo de 2011

Descalzos andan.

Descalzos andan
mis pies
sobre el barro embrujado,
las sombras alargadas
de la media tarde
son como cimitarras de sangre
atravesando remansos.

Las aguas que cayeron en la balsa
desde el lavadero
abandonaron la catarata somera hace rato,
mosquitos, dejar de fabricar esferas,
escuchad vosotros los lamentos
desde la carretera,
escuchad
las letanías pronunciadas
por mis huellas,
en los huecos grabados por los dedos
espuma y ácidos lentos
quedan estancados, y en ellos
aletean
cucharetas y escribanos,
noches lácteas, amagaros sin recelo,
contemplad los regueros sanguinolentos
desembocar en los agujeros del secano.

¡ Gritad gorriones y demás seres aéreos ¡
¡ O volar nítidos para que os vea ¡
Vuestras vocecitas de aves canijas
se escurren,
se dejan oír sin apenas volumen,
un silencio avasallador
a los machos en sus establos enfurece,
el relinchar simultáneo
calza mis pies recién labrados,
y dan vida al barro
y al agua podrida
que los descalzaron.

lunes, 2 de mayo de 2011

Ejercicio poético (ii)

Desliz brillante en la tarde
aguardando triste la espera:
eterna soledad austera
que en el corazón me arde.

Un fuego fatuo brota y nace
entre nuestros espíritus heridos,
en la noche dos perdidos
transitando por algún oscuro cauce.

Locuras que palpitan como estrellas
cuando por fin regreso:
hadas inmaculadas y bellas
que acogen entre infantiles besos.

Es el final de un dilatado sueño
y hay un paisaje amargo ante mí:
me siento sutil y pequeño
y mis palabras anhelan un fin.

Mi yugo y mi espada.

Veo clara tu silueta neta y yaciente,
ese nulo proceder que es el llanto de este poeta,
cristales hondos en óvalos pardos,
guardianes de mi amargura fermentada,
miedo desnudo concentrado por pares,
centelleos verdes y hostiles,
tus ojos sobre el hule de la mesa,
erupciones de lavas y alcoholes,
roncos rumores procedentes de un mar árido,
reflejos en un espejo romo y sin marco.

La fecha de mi muerte tatuada en la piel,
femenina humedad en mis yemas,
muda y finada negrura, arrugas palpo
en las sábanas, mármol ausente en la escalera,
todo el silencio disponible anida en los tímpanos,
abismos y espirales, con los pantalones bajados
y temblando. En mi interior se retuercen
las olas viscosas del infierno,
tu olor,
tu foto,
tu frase postrera.
Tú, miedo mío,
eres mi yugo y mi espada.

domingo, 1 de mayo de 2011

Digo que muero y digo que vivo.

Digo que muero
y digo que vivo.
Un ramillete de flores negras
rodean mi cuello.
Y digo que muero.
El ayer y tu silueta
iluminan mis sueños.
Y digo que vivo.
Y digo que muero
y te lo grito, mujer.
Me buscan tus labios
combados por el juego.
¡ Dámelo, mujer,
de tus ojos el fuego ¡
Se abren mis poros
al nuevo acontecer,
a otro día. Y digo que vivo.
Una herida sufrida,
amada mía, que mana
en mi piel que es tu piel.
Y digo que muero.
De la suma ausencia
se nutrirá el anochecer,
al no revelarse tu contorno.
Y tu quehacer, ¿qué es?
practicar chantajes y sobornos.
Y digo que vivo al verte
y digo que muero al no tenerte.
El puñal fraguado en tus horas
se hunde en mi costado
escociéndome. Me desangro, mujer,
sin rasgaduras ni derrames.
¡ Me reclaman tus recuerdos
combados por el juego ¡
Y por el fuego,
y por el estrellado cielo.
Cielo negro como el ramillete
alrededor de mi cuello.
Son tuyos mis deseos
y todo mi desconsuelo.
Con tus pensamientos ocultos
se perfuma mi destino difunto
para oler bien.
Huyo derramando mi sombra
sobre el empedrado gris y helado.
Huyo sin pausa de ti, mujer,
y digo que muero.
Huyo sin prisa de ti, mujer,
y digo que vivo.