aguardando triste la espera:
eterna soledad austera
que en el corazón me arde.
Un fuego fatuo brota y nace
entre nuestros espíritus heridos,
en la noche dos perdidos
transitando por algún oscuro cauce.
Locuras que palpitan como estrellas
cuando por fin regreso:
hadas inmaculadas y bellas
que acogen entre infantiles besos.
Es el final de un dilatado sueño
y hay un paisaje amargo ante mí:
me siento sutil y pequeño
y mis palabras anhelan un fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario