lunes, 31 de enero de 2011

A TI, POR TI

A ti regreso maldiciendo soledades,
a ti llego mostrando amaneceres,
a ti vuelvo saboreando golondrinas,
a ti te quiero como quiero al mar:
a raudales.

Por ti desaparezco para volver a ser,
por ti me hiero con el relámpago,
por ti muero porque sí,
por ti revivo el desplante y el estrago,
y no me duele.

A ti te doy toda la tierra,
a ti te rescato de la tarde,
a ti te abrazo como la hiedra,
a ti mi corazón que quema y arde.

Por ti soy río sutil y vago,
por ti cualquier secano es pradera,
por ti mi espíritu desarbolado,
por ti mi alma volandera.

A ti se anuncia el sol naciente,
a ti se encomienda mi felicidad,
a ti te obedecen los satélites,
a ti mis labios sin orfandad.

Por ti el viento se restablece,
por ti las estrellas renuncian al cielo,
por ti el frío ya no estremece,
por ti el infierno no da miedo.

martes, 25 de enero de 2011

VELERO

Surca velero
el mar sereno,
y no te preocupes
de cualquier tempestad.

Tú, surca el mar sereno
y con las olas canas haz amistad.

Navega, no te detengas,
pinta senderos plateados en el mar.

Déjate llevar por las sirenas,
como Ulises hizo al oírlas cantar.

Reniega de puertos y escolleras,
declara al horizonte tu hogar.

Deja sin pesca a las potencias
con tu infinito laborar.

Tú, velero,
surca el mar sereno
y con las olas haz amistad.

UN CABO

Existe un cabo invisible
que me ata al infinito.

Un cabo de estelas trenzadas
por las fuerzas y los destinos.

Un cabo que ata mi sustancia
al fin de los tiempos y los caminos.

Un cabo para resolver
ecuaciones contigo.

Un cabo dorado
que me ensoga como a una res,
e ilumina mi futuro ennegrecido.

lunes, 24 de enero de 2011

LOS PENTAGRAMAS QUE ESCRIBE LA LUNA

En la mar plateada
la luna se mira orgullosa
- orgullosa se mira
la luna en la mar -.

Baldada de viajar,
la luna reposa muy quieta
y los luceros le cantan
las nanas de sus pentagramas.

Y el frío de la medianoche
la abraza con cariño.
Ella busca nuevas auroras
mientras canta sin parar.

En la mar plateada,
la luna escribe pentagramas
para después cantar
- escribe pentagramas
la luna en la mar -.

En la mar escucho
la música que la luna
ha escrito para cantar.

El tiempo se cuenta con los dedos.
No pasa. Con nosotros se queda.
Todo es fácil en la anochecida,
en la noche plateada consumada
donde la luna le canta a la mar.

domingo, 23 de enero de 2011

GLACIALES

Glaciales claveles y cuchillos romos,
desgarrando entrañas a oscuras
y, al dejar mi alma a trozos,
traté de armarla luego con premura.

Claveles formando bóvedas granate,
bóvedas hospicianas de blanca pintura;
mis trozos bronceados con esmalte,
esmalte sacado de frutas maduras.

Glaciales sentidos de metal me avisaron:
golpeaban con la aldaba mi puerta.
La abrí; ella estaba cavando en mi huerta
regueras para encarrilar estragos.

Sentidos de cabezas parlantes,
cabezas azules cubiertas de moho.
¡ Mi ánima contrita motor avante,
avante en un travesía de escándalos ¡

jueves, 20 de enero de 2011

CERO

- Ayer te lo estuve diciendo toda la tarde. Punto y seguido. No me ocurre lo que no me ocurre lo que no me ocurre. Punto y seguido. Eres claramente imperativa. Punto y seguido. No mientas, coma, no lo sabes hacer. Punto y seguido. Malgastado tiempo malgastado malgastado malgastado. Punto y seguido. Se abre interrogante: ¿cómo que no? Se cierra interrogante. Punto y seguido. No lo sé lo que no lo sé lo sé. Punto y seguido. Sabes perfectamente que no pudo ser. Punto y seguido. Todavía a tiempo en el tiempo sobre el tiempo entre el tiempo debajo del tiempo a través del tiempo coño de tiempo. Punto y seguido. Yo no sé nada. Punto y seguido. Estoy harta de tus suposiciones. Punto y seguido. Comenzando aquel día veinticuatro horas, coma, mil cuatrocientos cuarenta minutos, coma, ochenta y seis mil cuatrocientos segundos. Punto y seguido. Yo no supongo nada, coma, afirmo, se abre paréntesis, afirmar, asentir, decir que sí, mover la cabeza de arriba a bajo, bajarse los pantalones, romper una carta sin leerla, reformular, replantearse las cosas, tener presente la realidad, no querer y no poder a la vez, cerrar paréntesis. Punto y seguido. Cuando el niño pasa a transformarse respecto de las declarativas. Punto y seguido. Caminaba por las aceras con los pies como dormidos, coma, recorridos por sangre aceitosa, punto y coma, denso el andar como un engrudo viscoso. No son claras, coma, nos indican siempre una respuesta, coma, va aprendiendo a utilizar las palabras. Punto y seguido. Costaba mucho más de lo normal moverlos. Punto y seguido. La melancolía era tan intensa que me mordía por dentro, coma, como un dolor de estómago. Punto y seguido. Cuando el niño pasa a transformar respecto a las declarativas. Punto y seguido. Una hoja de papel. Punto y seguido. Qué has hecho. Punto y seguido. La acera se ha hecho larga, coma, infinita. Punto y seguido. Voz pasiva que todavía no ha llegado a conformarse. Punto y seguido. Existe una saturación en el factor que puede llevar a empujarnos a proponer cambios en la teoría. Punto y seguido...

- Espere un momento que acabe lo último... e-n-l-a-t-e-o-r-í-a, punto. Ya está. Puede seguir cuando quiera.

He seguido dictándole. Eso de escribir mis borradores con un bolígrafo bic de cristal comprado en el kiosko de abajo y luego dictárselos a una mecanógrafa, nadie lo entiende (mi editor tampoco lo entiende). Yo, por el contrario, pienso que se trata de una verdadera innovación práctica: mientras dicto, me vienen a la mente contenidos y materiales que pueden resultar interesantes, y que incluyo mediantes anotaciones en el texto mecanografiado si así lo decido.

Los cigarrillos consumidos y aplastados (colillas) se acumulan dentro del cenicero de cerámica (no fuera) con forma de corona solar. La mesa camilla (el escritorio apolillado donde suelo redactar los borradores también) se encuentra abarrotada de folios escritos a mano (mis incontables borradores), libros (entre ellos, algunos diccionarios de la lengua española), polvo, ceniza. Aquí no se puede trabajar. Recuerdo aquello que leí y que escribió aquel presocrático:

"Se entiende por cuerpo físico aquella cierta cantidad de materia que ocupa una cierta cantidad de espacio. Se entiende por materia aquello de lo cual se componen los cuerpos físicos. Todo cuerpo físico ocupa un espacio (cantidad de espacio), así como n lugar en el espacio y en el tiempo. Se define objeto material como aquel cuerpo físico que es real y existe en un lugar del espacio y en un momento del tiempo, ocupando una cantidad de espacio. Se define movimiento como el cambio de un cuerpo físico de un lugar espacio-temporal a otro lugar espacio-temporal distinto después de realizar un acto dinámico".

¿Acto dinámico? ¿Es un acto dinámico andar con inquietud máxima de un lado a otro de la habitación? ¿Y por qué no deja en paz la máquina de escribir? Ese ruido compuesto por centerares de golpes diminutos e incesantes (hay que decir que se maneja muy bien con la Olivetti Lettera 32 que me regalaron mis padres en el bachillerato, hace ni se saben los años).

- Lo dejaremos por hoy.

- Cómo usted quiera.

- ¿Mañana podría venir más pronto?.

- ¿A qué hora?

- A eso de las ocho y media.

- No hay problema. Quedamos a las ocho y media.

La mecanógrafa se ha levantado de la silla dejando salir de su boca dos o tres (tal vez más) palabras murmuradas que no he entendido. Se ha ahuecado el pelo con ambas manos y se ha alisado la falda a cuadros azul marino. Ha mirado su reloj de pulsera con aires de impaciencia. Se ha puesto su abrigo gris marlengo (de botones de traje de payaso y ojales como vaginas excitadas) y me ha deseado unas buenas tardes, dichas (todo sea dicho) con la boca pequeña.

Me he quedado sin tabaco. ¿Llamo por teléfono al portero para que me suba un paquete de Marlboro?. Ahí está: un cigarrillo sin estrenar. ¿Y el encendedor?. Explora todos sus bolsillos. Primero los delanteros del pantalón, luego los traseros (los que tienen botones), luego el bolsillo de la camisa. No encuentro el puto encendedor. Me cago en Dios y en la Virgen Santísima.

(Volviendo a eso de las buenas tardes. ¿Qué es eso de decir buenas tardes? En primer lugar, es un convencionalismo que emplean las personas ansiosas por demostrar la educación acumulada con los años. Todos hemos dicho alguna vez buenas tardes, llevados por la costumbre social. En consecuencia, todos somos personas educadas. Todos los días lo decimos decenas de veces como si fuéramos máquinas parlantes educadísimas. En el fondo creo que no sabemos lo que decimos. De hecho, nada significa nada. Hoy es un día más. Veinticuatro horas llenas de nada, sin sobresaltos, sin roturas del tedio. Si exceptuamos, claro está, la pérdida del mechero).

Me pone enfermo perder las cosas. El cigarrillo da vueltas entre sus dedos como el bastón de una majorette. ¿Qué voy a fumar ahora?. Va a la cocina. Se acerca a los fogones de gas. ¿Con qué los enciendo si no tengo mechero (ni de esos con los que haces clic y surge un mini arco voltaico)? Gas tengo para masacrar un regimiento de la primera guerra mundial. Pero fuego, menos que una tribu del paleolítico alto. Busca y rebusca en los cajones de la cocina. Los objetos que se encuentran en ellos son movidos y removidos una y otra vez. Lo único que consigue son sonidos metálicos y más desesperación personal. Ni mecheros, ni cerillas, ni antorchas, ni hogueras, ni incendios, ni explosiones, ni erupciones volcánicas. Ni piedras de yesca para hacer chispas sobre un poco de pelusa de gato para prender esa pequeña llama que encendería mi cigarrillo Marlboro (tuve un gato llamado Freud, que quise mucho y que fue atropellados a la edad de cuatro años y medio por un Opel Corsa metalizado una tarde oscura de otoño, baja en cuanto a su puntuación barométrica. No tuvieron suerte aquel día, ni él ni la meteorología. Sin embargo, el mal nacido gato vizco de mi vecino todavía sigue vivo, sorteando opeles, renaules, seats y bmuves; ya que es capaz de realizar slaloms de circo por toda la calle. Y sin nieve y sin instructor de esquí. Y es más: sin esquíes, usando exlcusivamente sus putas pezuñas).

La finca verde, la que terminaron de construir a últimos del año pasado (en la que murió por accidente aquel albañil, que salió en los periódicos y todo, aplastado por un montacargas cargado hasta los topes de sacos de cemento cola), se sitúa en el fondo del paisaje, a unos quinientos metros del lugar en el que me encuentro (y parece más lejos, hay que ver). En alguno de los balcones hay ropa tendida. Se nota que es entre semana. En el interior de algunas viviendas, a través de los cristales de las ventanas, se ven las pantallas de los televisores encendidos. Desde la lejanía (sólo quinientos metros) parecen temblorosas pupilas electrónicas (garabatos negros y azules intercambiándose en el espacio). Entre mi edificio y el verde está el colegio público. Está formado por tres bloques de aulas de teja roja. Las ventanas que dan a la calle están enrejadas. En el centro se encuentra el patio pavimentado con cemento liso. Veo un niño botando una pelota de baloncesto. Ahora la lanza pero no logra introducirla en el aro.

- Estas líneas las dirijo a aquellas personas que contemplan la realidad de quitarse la vida como el único camino posible. Las personas que piensan en el suicidio, viven con la convicción de que no les queda otro recurso. El grado de desesperación puede ser tal que llega a contemplarse el suicidio como un escape válido a los problemas. Existen distintos niveles de ideación o planeación suicida. Existe un continuo, una línea que comienza en el momento que una persona piensa por primera vez en matarse, y que acaba en el momento en que esa misma persona decide llevar a la práctica dicho pensamiento; muy a menudo largamente gestado. ¿En qué punto del continuo me encuentro yo? La verdad: no puedo más. Pido perdón a todos si...

- Ya he escuchado bastante.

- ...molestias que puedo llegar a...

Uno de los inspectores de policía ha pulsado un botón y la voz se ha detenido. Acto seguido, ha extraído la cinta magnetofónica de la grabadora de bolsillo. La ha guardado en un sobre blanco y se la ha entregado al secretario del juzgado.

- Podemos irnos.

En el centro de la habitación, desde el enganche de la lámpara al techo, un cinturón estirado al máximo sujetando el cadáver de un hombre por el cuello. Entre los dedos agarrotados de su mano derecha por el frío final, un cigarrillo humea recién encendido. Es de la marca Marlboro.

martes, 18 de enero de 2011

LA CALLE TARDÍA

I

La calle tardía y mojada por la hambruna que nos delata.
Estoy sentado en el suelo, entumecido y atento,
esperando la llegada triunfal de tu voz.
Hablas por fin.
Voz enérgica, que amarga. Infinita me temo.
Aprecio que me llames por mi nombre.
Brotas de la oscuridad como crece la hierba: lenta.
Inundas la calle nocturna con tu comparecencia.
La cubres con unas aguas invisibles.
Con una incontenible avalancha de lágrimas prometidas.
Agua que se acuden a tus fosas abisales.

II

La calle tardía y empapada por la bruma.
Estoy esperando tu calor proveniente de luciérnagas.
Esperando el espesor de tu bravura.
Esperando que una de tus áncoras me detenga en la cordura.
Tu mar es el mar que le falta a mi mapamundi baldío.
Ven.
No quiero perderme el oleaje: quiero mojarme los pies.
Olas derramadas por los balcones.
Alas en tus rodillas.
Ven.
Ahógame con tu magia.
Trucos de primeriza para aliviar cadáveres.
Ven.
Construiré un asilo entre tus senos y tu ombligo.
Me refugiaré en él, amagado y contrito.

III

Te veo brillar como si fueras de oro.
Reconozco el brillo de la codicia en tus ojos.
Oro verde en tus ojos para hacerse notar y ver.
Tejeré un poema con tus cabellos de azafrán.
Desenvainas tu espada de fuego carmesí.
Me atraviesa su filo. Irremediable suceso.
Has herido mis órganos anegándolos de caducidad.
Harás callar mis lamentos con tu medicina, después.
Hay soles en tus yemas ardientes.
Hay brisa en mis oídos abanicada por tus suspiros.

IV

Tus muñecas
- blancos eslabones de marfil -
florecen en mis manos,
y veo abrirse tus uñas pintadas de rojo
como pétalos excitados.
Petalos entrecruzados con los míos,
moribundos de pronto, abatidos. Es el colmo.
Abro surcos en tu piel vegetal
y la siembro con eslabones.
Pétalos y eslabones,
fundamentos de mi celda y de mi mordaza.

domingo, 16 de enero de 2011

NO ALCANZO A VER TU ORILLA

No alcanzo a ver tu orilla:
tu mar es tan amplio,
tan extraño y árido.

No alcanzo a ver tu orilla:
tu falta es tan lacerante,
tan justificada y áurea.

No alcanzo a ver tu orilla:
mi embarcación es tan escasa,
tan herrumbosa y vana.

No alcanzo a ver tu orilla,
y mi mirada se extingue
ante el mar revuelto
que te define.

No alcanzo a entender tu mentira,
y mis costillas están hechas
con la sal depositada
por tantas lágrimas
ante tanta desdicha.

viernes, 14 de enero de 2011

MI FUTURA CASA

Grada sin terminar, que callada
me muestras tus alturas.
Ventanas con sabor a sal,
cristalina empalizada.
Cancela de oleaje fuera. Pareces
sin razón encarcelada.

Mi futura casa.

Aparejos colgados
en las paredes blancas,
trenzados por tus manos
de porcelana. Miles de historias
proscritas, en ellos amarradas.

Mi futura casa.

Lagunas de aire no inspirado,
suspendidas en el espacio.
Partidas de naipes ganadas
contra tahúres estupefactos.

Mi futura casa.

Asuntos de arrebatos,
precursores de combates.
Recuerdos vastos, sin detalles,
sobre alguien que me dice algo.

Mi futura morada.

jueves, 13 de enero de 2011

GOLPEA LA VIDA

Golpea la vida la puerta
que me abre el vientre.

Calcinando composturas, telas y retales
viene traicionando este canto escrito.
En los papeles postrados y en mi querida sangre
queda plasmado el grito, junto
al quejido de los animales agujereados
por los arácnidos aguijones que llueven.
Pobre de mí y de mis proyectos vitales,
que con holgura me venís grandes.

Golpea la vida la puerta
que me abre el vientre.

Me ordena marcial el pasado
que anude constelaciones anteriores,
que recorra desde el principio de la alambrada
la prisión de mis mayores.
Me ordena la cuna descuidada y desnuda
que eche abajo aquel depósito de corceles,
para que cabalguen libres
sin ninguna de las verdades que me acogen.

Golpea la vida la puerta
que me abre el vientre.

domingo, 9 de enero de 2011

EXTENDIDOS ESCÁNDALOS

Extendidos escándalos,
pequeñas flores vivas
sin insectos:
tus manos
abusan de esa excusa blanca
que las hace lentas
a la mirada.
Las escalas de medida
construidas entonces
tiemblan en el recuerdo,
como mi corazón acelerado.
No sirven,
te lo hago saber.
No cabe el pasado
en tan poco seno.
Me ha traspasado
este presente cautivo
sin remedio.
Respirar no es lo mismo:
no entiendo
las mismas cosas,
ni hago
los mismos remiendos.
Dichosas criaturas
en el malquerer de los tiempos.
Inexistencia fútil
en tu próximo espacio.
Será ser y estar, al escasear
las reglas del miedo.
Esperar pues,
es alcanzar el término.
Este proceso no atiende a los lamentos
ni corrige los errores.
Transcurre aceitoso y mortal,
alejado de toda voluntad.

(Cuánto lo siento.)

viernes, 7 de enero de 2011

FURIA

Furia de corales marinos
brotando,
informes y calientes,
por los poros de mi piel,
incendiando el aire.
Furia que abre mis manos
para suplicar volver a ver
la luz atardecida
de aquella niñez redonda
y diamantina.
Vine extraviado
de esas tierras lejanas,
inexistentes en los mapas,
sin brújulas
ni caminos marcados.
Sin rumbo
partí al nacer
y mi tiempo
quiere ser demasiado.
Fui paloma
y no ave de rapiña.
Fui máquina
de emociones
adormecidas
en la estación
de la hojarasca.
No sé más:
mis versos escritos
iluminan y truenan
como tormentas secas.
Dan a conocer
los temblores nacidos
de los bárbaros tambores
que son mis aurículas
y mis ventrículos.
Mil gargantas me acusan,
palpitan,
burbujean,
y su discurso
cubre como una riada
los campos floridos
de mi mente.
¡ Voluntades a miles ¡
¡ Vanas voluntades ¡
Ser hombre,
ser bestia,
querer serlo todo
y no ser nada.
El destino
deshoja los pétalos
de mis jornadas
uno a uno.
Los peldaños
se acortan
al ascender por ellos:
resbalo y caigo
a la hondonada.
La escalera era larga,
radiante y tersa.
Arriba
está la luna:
colgada de las estrellas,
me espera.
Su sonrisa
es de luz
difusa y opaca.
Está enferma.
Herida por los celos
del desamor amargo.
Su sol le traicionó.
Y yo con él.
Intento salvar
mi memoria
atravesada
por las dagas
de los falsos recuerdos.
Las flautas
cesan su música.
Los rapsodas
cierras sus bocas.
Las palabras, moribundas,
reclinan sus cabezas
en el lecho último
del papel.
La catarata
furiosa de la poesía,
vencida por el hastío,
agota sus aguas.
Yo y mis respiraciones,
solos de nuevo.

miércoles, 5 de enero de 2011

LA LUZ QUE ME HABITA

Uno.

Tengo las manos colocadas libremente sobre ti,
tocando tu recuerdo en la nada que me dejaste,
respirándote a pleno pulmón con las ventanas abiertas al nuevo día.
Eres el surco sangrante labrado en mi carne por el arado del despropósito.
La cosecha sembrada tendrá el color característico de la muerte.
Espero inquieto los graneros repletos.
Ansío moler los granos, amasar la harina y cocer el pan.
Pan negro malherido por tus cabellos de acero traidor.
No siento las sogas lanzadas hacia mí
para atarme cuanto antes a tu cintura recorrida.
Se quemaron las sedas con las que disfrazaba el mundo.
Hoy el telón de niebla cae como caen las hojas en la vereda,
marrones y quebradizas, devueltas a la tierra para ser de nuevo
el humus donde rebrote la siguiente contienda.
En cualquier caso, son tristes las alternativas:
vista de lejos, el deseo incontestable me visita;
sentida cerca, el miedo abre el armazón de mi esqueleto.
Nunca metida dentro es lo que me aterra.
Eres el motor de mi movimiento, el origen de la luz que me habita.

Dos.

Te he buscado en las profundidades de mi alma y, por fin, te encuentro
ahogada y tendida en la orilla de una laguna de agua podrida.
Tus manos sin vida parecían solicitar las mías.
Recordé entonces la llaga de mi pecho. Abierta, supurando helechos.
Repudié tu cadáver alejándome de él, de espaldas,
mirando como tus dedos se quedaban en aquel lugar,
secos, sin estar anudados a los míos.
Y entonces, los soles del cielo se quedaron sin combustible
para acrecentar tu muerte y mi sentir sombrío.

domingo, 2 de enero de 2011

AIRE

Aire en mi cabeza
procedente
de respiraciones ocultas,
de corazones de oxígeno,
de supuestas luchas.

Aire en mi cabeza
extraído del aire de fuera.

Aire en mi cabeza
con su presión constante,
que no quisiera
que me doliera.

sábado, 1 de enero de 2011

LEJOS DE MÍ

Lejos de mí,
de mis sentidos critalinos
y mi piel acuosa,
nada camina.

Lejos de mí,
de mis dedos de arcilla
y mi verdad cálida,
nada siente.

Lejos de mí,
de mi muerte vida
y mi vida moribunda,
nada existe.