tu mar es tan amplio,
tan extraño y árido.
No alcanzo a ver tu orilla:
tu falta es tan lacerante,
tan justificada y áurea.
No alcanzo a ver tu orilla:
mi embarcación es tan escasa,
tan herrumbosa y vana.
No alcanzo a ver tu orilla,
y mi mirada se extingue
ante el mar revuelto
que te define.
No alcanzo a entender tu mentira,
y mis costillas están hechas
con la sal depositada
por tantas lágrimas
ante tanta desdicha.
con la sal depositada
por tantas lágrimas
ante tanta desdicha.
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