Batalleando contra mi desastre
- el que viene cesando -
no he deseado la victoria.
He deseado, por el contrario, oscurecer
- y he continuado sangrando -
las luminarias de mi memoria.
He deseado ser alborada,
lucero matutino y vespertino a la vez,
corcel con las crines al vuelo,
venas y arterias centelleantes.
Pero no puede ser.
Soy soledad caediza exclusivamente,
a modo de lluvia torrencial
o catarata triunfante.
Tengo en este papel
- calladamente -
escrito un poema
de sílabas finales
asonantes.
Y me tienen llorando sin consuelo
dando a luz letanías
y epitafios estimulantes.
José Andrés Pérez Serrano
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