jueves, 21 de julio de 2011

Nada de lo que guardo

I

Nada de lo que guardo
se dispone en estructuras pacientes
que alegren el disparate que me recorre.
Que me mantiene en este encierro
de cielos abiertos.

II

Construir quiero - rápido - un cobijo grato
para mi alma desconcertada. Pienso
en un rincón de tu cuerpo.

III

Desde las copas de los limoneros,
desde sus frutos gualdos,
insectos malos han surgido mordiendo
con sus artejos mis versos.
Envenenados han quedado
supurando malos tragos.
Un antídoto necesito
que salve las palabras
que tanto te dijeron.

IV

Inédito en el huerto hay un nido,
de presencia mísero,
nacido del quehacer
de unos jilgueros resueltos.
Quiero meter en la madejilla mis dedos
y tocar los huevos recién puestos.
El nido servirá de punto de partida.
Será la plataforma que aupe mi osamenta
por encima de los sueños rastreros.

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