martes, 14 de junio de 2011

El miedo (poema de adolescencia).

El miedo es el compuesto disolvente de mi vida.
El miedo es una callada sombra altiva que me habita,
proyectada sin bombillas, sin candiles ni bujías.
A todas horas me enerva y reclama.
Me para en medio de la nada.

Camino por la orilla de la playa.

El mar es un inmenso miedo, profundo y raso, verde azulado,
erizado por un misterio insano, promotor de fatigas,
de alaridos, de algaradas sin heridas ni sucios vocablos.

Como una tela sedosa,
el viento ondula el vientre plano de las aguas.

La brisa asalitrada coloca arena en mis pupilas.
Las palmas de las manos, abrigadas por mis axilas.

Lágrimas por mis mejillas.

Mi corazón es talado por el miedo,
como la uva cortada en la viña, segada y desprendida,
alojada en los cestos de mimbre, arrancada de sus raíces
sin posibilidad de regreso.

El miedo muerde al tiempo vivido, con dentelladas voraces,
descarnando los momentos coleccionados con esmero.

Se enfurecen mis versos por acción del miedo. Ofusca mi criterio.
Tu huella fija en mi cerebro hace fracasar mis empeños.
Un infierno sutil es tu susurro en mi cuello.
Tu miedo - mi miedo - me enloquece,
rasura mi cuello cabelludo sin necesidad de peluquero.
Quema una y otra vez lo convertido en cenizas, residuos, restos.

Soy una hoja quebradiza y reventada al chocar contra el suelo.
Soy un otoño químicamente puro.

Eres mi miedo.
Tú eres lo quiero.
Quiero lo que tú tienes,
menos tu miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario