domingo, 10 de abril de 2011

Busco

Busco.
Recorro las tierras del mundo buscando.
Rebuscando. Hurgando entre los interludios
y los meridianos. Un día tras otro,
sin la máscara puesta; me he acostumbrado.
Habitualmente asomado a los umbrales.
Busco: te lo reitero, te lo juro.
Una luz en la medianía que me oriente,
una luminaria cualquiera pero eficiente.
Busco entre los animales y la gente.
Lo hago constantemente. Conozco todos los caminos,
todas las riberas, todas las calzadas, todos los arrozales.
Un paso, luego otro. Imaginándote y estremeciéndome.
Mis huellas estampadas en la arena, se pierden
desquiciándome. Están mis pasos en el alquitrán también,
cubriendo las avenidas. Duermo una noche aquí
y la otra allá: como destino la brújula,
como único mapa mis saturados sentidos.
Y sigo buscando. Encuentro a un hombre fumando,
a un perro orinando, a un niño embarrado,
a alguien con la boca abierta comiendo.
Y todos me preguntan: ¿qué buscas, viajero?
Yo callo.
- No podemos ayudarte, viajero - dicen -
no sabes lo que buscas con tanto empeño.
Sigo callado. Están en lo cierto.
Mis huellas estampadas en la arena, se pierden
conmigo. Duermo y no me despierto:
la oportunidad de quedarme quieto
y abandonar este despropósito.
No estoy cuerdo y me desdigo.
Busco. Y todo vuelve al principio.

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