sábado, 9 de abril de 2011

Y cuando te encuentre no será lo que quiero

En el bosque de la alegría te busco sin descanso.
Tus huellas dejadas en la tierra las siento
como siento los latidos de mi corazón.
Fantaseo bajo las carrascas y los álamos:
te contemplo bella en el aire sustituyendo al paisaje.
Sigo por las sendas que se pierden entre los troncos.
Llego a mi destino pero no tengo tu aliento en mi cuello.

Todo es inútil.
Todo se ha vuelto completamente incierto.

No estás. No existes.

Nada encuentro a mi paso que me salve del manicomio.

Mis retinas exigen fotones gratos procedentes
de tu sonrisa resucitadora y de tus perlados dientes.
Mis labios demandan tus labios esponjados y calientes.

Antes todo era inmenso. Ahora todo es inmundo.

Me hundiría y me hundiría hasta tocar
con los talones el barro del infierno. Es lo único que prefiero.
Quiero llenar mis tripas con ese barro
si tú no caminas a mi lado.

En el bosque de las añoranzas te busco sin descanso.
Te busco y no te encuentro.
Y cuando te encuentre no será lo que quiero.

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