sábado, 16 de abril de 2011

En la Estación de Madera (i)

I

Tren verde que llega,
tren verde que va.
Sentado respiro este domingo en este banco,
esperando un tren verde que llega,
un tren verde que va.

Huye un sueño por los andenes
que el espacio y el tiempo
construyen a mi alrededor.

Huyó el sueño verde,
como aquel tren verde que se fue a algún lado:
respetando el horario.

Del tren verde que llega
se apea un hombre alto con un niño de su mano.
Los cables en lo alto cuelgan cóncavos,
proyectando una sombra que atraviesa sus cráneos.

Otro tren verde llega.
En ese tren verde me subiré
sin coger a nadie de la mano. No es extraño.
Solitarios, un sueño y yo compartimos este banco,
así como el resto del año.

II

Una novia azul
se ha unido al cortejo.
Azul y estirada
como una cinta de cielo veraniego.

(Se nubla su azul
cuando me fijo en ella)

Una novia azul
se ha unido al cortejo.
Junto a los verdes novios
del ayer, de ahora,
de luego.

Tras la ceremonia,
alguien alzó una pequeña bandera roja, sonó un silbato.
Y la azul novia, enganchada, se fue con su novio verde
rumbo a Catarroja. Espero.

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