Prendimos fuego a nuestras almas
provocando una hecatombe.
De felicidad, pero hecatombe.
Una plantación de sonrisas vi brotar
en medio de un montón de gente;
de la mejor que uno puede encontrar,
abrazar, besar y con ella concernirse.
Exijo a los presentes que no se dejen
abandonar tras el paso de la corriente.
¡ Aquéllo no fue una riada ¡
¡ Fue el Amazonas que cambió de cauce ¡
¡ Decidió venirse a Bétera
para darnos a los de Cheste
agua suficiente para saciar
nuestra sed de querientes ¡
Yo, el viernes que viene no, el siguiente,
me reúno conmigo mismo
y con una cerveza espumeante,
para reandar el camino que antes
tuve que perderme. ¿Quién se viene?
MARAVILLOSO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarSoy felíz por naturaleza, pero mi FELICIDAD, así con mayúsculas aumenta exponencialmente cuando los míos lo son más que yo...
ResponderEliminarPerdido en la espuma andé
ResponderEliminarhasta el grito de un anduve
conforme mi nariz desenfoqué
me abrazó la suerte que tuve...
jooojojojo... monamí eres muy grande... gracias por tus regalos..
Ya ha pasado casi un año,esperemos que se repita esa riada de besos ,abrazos y felicidad por el reencuentro ,besos
ResponderEliminar