domingo, 2 de mayo de 2010

NOSTALGIA

La nostalgia que me embarga
- también la impotencia y el miedo -
cuando te tengo imaginada en mi mente,
falsea mis versos
dejándolos desprovistos de poesía.
Es irreflenable este impulso que me hace
prostituir las palabras que escribo
desnudándolas, sin querer, de sentido.
Al perder su vestimenta veraz,
sienten doloridas el frío
del hielo que traslada mis venas,
antes sangre portadora de esferas.
Debe ser el reflejo de tu persona ida:
desvirtuado, aligerado de colores,
nítido y turbio a un tiempo:
nítido en los días limpios,
turbio en los días sucios,
en los que no te veo.
O es la imagen de tu cuerpo raudo:
perfecta y lineal en el tiempo,
sin atender a las curvas
que lo configuran en el espacio.
Increible pero cierto.
Pensando en ti
dejo de ser alguien hacia fuera
para convertirme en alguien hacia dentro.
Comparto mis lágrimas con las lágrimas de los nubarrones
del invierno eterno.
Comparto mis temores con la soledad,
única compañera cabal.
Apareo mi existencia con un vacuo ideal
sin llegar a sitio alguno.
Este ser en el que me asiento ahora,
leyéndome a mí mismo,
no ansía a nadie,
ni incluso a ti
que eres el constructor de este infeliz.
¿Qué escribir?
¿Con qué líneas recorrer este diáfano papel?
¿Cómo recrear mi vida?

José A. Pérez (Bétera 2010; a partir de Burjassot 1983).

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