sábado, 19 de febrero de 2011

LO QUE ME QUEDA DE TI SIN TI

I

Un día recién parido,
un salir de sol nuevo,
lácteo y conseguido.
Una noche bienvenida,
un salir de cometas
y luceros, íntegros
y calientes en su lejanía.
Brisa que acaricia el suelo.
Crecen demasiado los niños.
Se revuelven los muertos
en sus tumbas y cementerios.
Como girasoles son tus manos
envueltas en escarcha. Son
guantes de luz helada,
voraces como tenazas,
como pelícanos con los buches
sin carnaza. Tu fantasma
de colinas húmedas,
tu vestido de puzleados remiendos.
Te desvestí sobre mi cama
en sueños, crepitando tu cuerpo.
Efervescencias se formaron,
hontanares surgieron.

II

Pero eres una losa para mi vida,
un brillante pasado relatado
con líneas no escritas.
En el lugar prohibido y sabido
- dispuesta vertical la piedra -
mis labios siempre a la espera
me atan a tus labios idos.
Pienso en aquel final, en tu tocar
de seda, en tu cuello de arboleda,
en tu cuerpo cereal, espigado,
agrupado por designios
propios de la gleba. Muchos
mediodías te imagino sola,
amarrada al malecón sin maroma,
sin partir mar adentro. Muchas
medianoches te recreo enamorada,
esperando un 'te quiero' en silencio,
apenas pronunciado, y deseando
lo que para ti desea tu buena hada.

III

Vendrá otra jornada, otra madrugada,
otra reanudación del juego,
otro 'más tarde', otro 'luego'.
Y otra amanecida vendrá fría,
como la nieve recién caída
en la montaña. Otra etapa,
otro regreso circular, repentino,
gris y predicho. Una atardecida,
un recordar rural, nauseabundo
y estricto. Encima de ti en el ribazo,
los dos inclinados. Caricias
casi en el prado, despertar
de pronto a tu lado, ronco, helado.

IV

Como huracanes
braman halcones varios
en mi sueños de prófugo.
Es como tejerte y destejerte,
como atarte y desatarte.
Tus muslos, tus pechos,
viven en mí sin tenerlos.
Forman una canción rota
que provocan un latir impetuoso.
Te he conmemorado ahora.
Tu cuerpo de manantial
me empapa de esperanza falsa.
Callo. A sentir voy en mi interior
lo que me queda de ti sin ti.
No es añoranza. Es otra andanza
versada, no novelada; sin buen final,
acabada en una vil celada.

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